Si estás familiarizado con el uso de internet seguramente hayas oído hablar alguna vez de un sugar daddy o de un sugar baby. A pesar de que suenan parecido, realmente se tratan de términos muy diferentes. De la misma forma que es posible disfrutar de Barcelona de un modo distinto gracias a nuestras acompañantes de lujo en Barcelona también es importante conocer qué es un sugar daddy o sugar baby por si pudiera interesarte.
La principal diferencia que existe entre un sugar daddy y un sugar baby es el rol que ocupan dentro de una relación. En este artículo vamos a conocer al detalle qué implica cada uno de estos roles, así como las expectativas de los mismos.
Qué es un sugar daddy
Sugar daddy es un término inglés cuyo significado literal sería “papito dulce”. Más allá de este divertido apodo, un sugar daddy es un hombre que está dispuesto a pagar por el sostenimiento, caprichos, estudios o cualquier otro aspecto a cambio de recibir favores sexuales.
Los sugar daddy suelen ser hombres entre los 40 y 70 años que cuentan con una situación financiera boyante. Básicamente, deben ser hombres que cuentan con bastante dinero para poder pagar los caprichos y las necesidades de una mujer joven. Estos caprichos suelen ser bastante caros, ya que podemos hablar de artículos de lujo, joyas, restaurantes caros…
Por otro lado, es muy importante tener en cuenta que si existe un sugar daddy es porque existe la contrapartida, es decir, el o la sugar baby. A pesar de ser términos completamente diferentes es imposible entender el uno sin el otro. Veamos lo que significa ser un sugar baby.
Qué significa sugar baby
Sugar baby es el acompañamiento del sugar daddy. Se trata del hombre o la mujer que se beneficia de todo lo que el sugar daddy ofrece y, por supuesto, lo retribuye con sexo. Mientras que sugar baby se utiliza tanto para un hombre como para una mujer, la contrapartida femenina del sugar daddy sería la sugar mommy.
La figura del sugar baby es mucho más joven que el sugar daddy, habitualmente se encuentra representada por mujeres y hombres que se encuentran entre 18 y 30 años. También suele ser bastante habitual que se encuentren en edad de estudiar, por lo que es el sugar daddy quien paga sus estudios, aunque no necesariamente tiene que ser así.
En esencia un sugar baby lo que busca es contar con un apoyo financiero y suele tener preferencia por las cosas caras. Finalmente, es muy importante destacar que la figura del sugar baby suele ser especialmente atractiva, es decir, son hombres o mujeres de buen físico para poder llamar la atención de su sugar daddy y así mantener la relación de conveniencia.
Roles y Expectativas en una Relación de Acompañamiento de Lujo
Para que una relación entre sugar daddy y un sugar baby pueda funcionar es muy importante que los roles estén definidos y también las expectativas de la relación. Uno de los errores más habituales que se puede cometer en este tipo de relación es pensar que la sugar baby ofrece sexo porque realmente tiene afecto al sugar daddy sin que haya un interés de por medio.
Cuando sucede ese tipo de problema el concepto de la relación se rompe y, evidentemente, no puede funcionar. Una de las cosas buenas que tiene contar con nuestras acompañantes de lujo en Barcelona es que puedes crear las relaciones que quieras.
Nuestras chicas son expertas en todo tipo de sexo y relaciones, por ejemplo, podrás practicar dominación femenina o gozar de una auténtica girlfriend experience. A diferencia de lo que puede suceder entre un sugar daddy y un sugar baby es que con la acompañante de lujo tú defines las relaciones. Aquí no hay cánones establecidos ni se deben seguir unas reglas, simplemente dile a tu acompañante de lujo lo que quieres y así se hará.
Un sugar baby puede ser cualquier persona que tenga unas necesidades financieras y que ofrezca sexo a cambio, sin embargo, no cualquiera puede ser una acompañante de lujo. Las acompañantes de lujo que aquí encontrarás, además de poder ofrecerte el mejor sexo, están preparadas para cualquier tipo de situación.
Esto es una garantía en comparación a lo que te puedes encontrar con otros sugar babies, ya que tendrás la certeza de que podrás gozar de una buena compañía en una cena de lujo o que también va a estar a la altura si la presentas a tus amigos o compañeros de trabajo. Estas acompañantes de lujo son perfectas para disfrutar Barcelona desde un prisma diferente y, por supuesto, añadir unas cuantas dosis de sexo por medio.
Cómo Funcionan las Dinámicas en una Relación Sugar
Una relación sugar es una relación bastante particular y, como tal, cuenta con unas dinámicas inherentes a la relación. Lo primero que se debe tener en cuenta es que una relación sugar busca ser una relación duradera. A pesar de que haya sexo de por medio a cambio de dinero, se trata de un tipo de relación a largo plazo en donde todas las partes pueden salir beneficiadas.
Teniendo en cuenta esto tiene que existir una chispa entre ambas personas. Debido a la diferencia de edad la atracción no tiene que ser necesariamente física, sino que también juegan a favor otros aspectos propios de una relación intelectual. Un sugar daddy que tenga una buena conversación o saber estar puede aportar mucha experiencia emocional a una sugar baby.
Una de las principales características de una relación sugar es que debe basarse en el respeto. Debido al intercambio que existe entre sexo y dinero, la clave de la relación, algunas personas pueden pensar que se trata de una relación en la que el sugar daddy es siempre el que manda o quien se aprovecha de la relación. Para que la relación sea exitosa la dinámica debe ser positiva y que ambas partes puedan conseguir sacar algo bueno de dicha relación.
Para facilitar las cosas también existen diferentes tipos de relaciones sugar. Estas relaciones se pueden basar en diferentes aspectos, pero siempre tienen el respeto como base común. El tipo de relación que también exista debe ser consensuado por ambas partes, es decir, en el caso de que se quiera establecer una relación amistosa ambas partes tienen que poder divertirse.
También puede haber una relación sin compromiso en donde no hay ninguna exclusividad, una relación informal en donde las citas son discontinuas o una relación más seria en donde los términos están mucho más cerrados y consensuados. Este tipo de términos no tienen que estar dictados necesariamente por el sugar daddy, por lo que sería un error pensar que quien paga manda.
Aunque la sugar baby no pague con dinero está claro que tiene otra moneda de cambio, en este caso, facilitar que existan relaciones sexuales, apoyo emocional o una buena compañía con la que pasar el rato. Todos estos aspectos suman y dotan de valor a la relación y también hacen que exista una química más especial en la relación sugar. Teniendo en cuenta esto resulta evidente que un sugar daddy no puede estar con cualquier sugar baby y lo mismo al revés.
Para simplificar todos estos aspectos y dejar claro la importancia que tiene la dinámica en sí podríamos encontrarnos con cuatro fases bien diferenciadas. La primera fase es en donde ambos se conocen y se establece la chispa. Esta chispa es la precursora de la relación, la que anima a seguir en la relación sugar. Sin esta chispa de por medio la relación sería imposible. Como se puede ver, no se puede conseguir una relación sugar simplemente con dinero.
Cuando la chispa surge se llevan a cabo las citas para conocerse mejor. Aquí se pueden establecer los términos de la relación y se llevan a cabo las actividades y planes en común. A fin de cuentas, se trata de una relación, por lo que ambas partes deben estar cómodas y también sacar provecho de la misma. Recuerda que nunca se trata de un intercambio entre dinero y sexo como tal, el sugar dating es mucho más.
Con la relación establecida llega el modo de vida y la conexión total. Como si se tratara de una pareja al uso cuando la relación fluye y ambas partes están contentas se normaliza el acuerdo que se ha alcanzado y se empieza a disfrutar felizmente de una relación que puede durar años con el paso del tiempo.